El agujero macular se caracteriza por pérdida de la visión central y distorsión en las imágenes en uno de los ojos. La distorsión se manifiesta como ondulación de las líneas rectas y los números o letras pueden saltar de línea. Otros síntomas que manifiestan los pacientes son una mancha gris central o una mancha ciega en la visión central y mayor dificultad para la lectura.
El agujero macular generalmente se manifiesta de forma aguda de un día para otro, pero en ocasiones la pérdida visual es más progresiva en semanas o meses.
Inicialmente los síntomas pueden producir una leve visión borrosa o cierta distorsión de la imagen. Si progresa, puede aparecer una “mancha oscura” en el centro del área de visión que por ejemplo puede impedir leer o mirar la hora del reloj.
El agujero macular se diagnostica en consulta por su oftalmólogo mediante una exploración de fondo del ojo (se dilatan las pupilas con gotas y examinamos su retina). En todo el proceso de diagnóstico es posible le soliciten pruebas para confirmar el diagnóstico (retinografía y OCT). Realizar una tomografía de coherencia óptica (OCT, son las siglas en inglés) es básico en esta enfermedad, ya que esta prueba confirmará el diagnóstico y nos proporcionará detalles que no podemos ver directamente observando el fondo de ojo.
Aunque puede suceder a cualquier persona, los pacientes con una miopía de más de 6 dioptrías o los que han recibido un traumatismo ocular severo tienen mayor predisposición a padecer un agujero macular.
Una vez establecido el diagnóstico definitivo, es preciso operar en un plazo corto de tiempo. La cirugía se llama Vitrectomía Posterior y consiste en retirar el humor vítreo y despegarlo de la mácula. Además normalmente hay que retirar otra membrana muy fina (10 veces más fina que el grosor de un cabello) situada encima de la mácula, llamada Membrana Limitante Interna. Al terminar la cirugía se debe introducir en el ojo una burbuja de gas que, al estar en contacto con el agujero ayuda a cerrarlo.
La Ocriplasmina ( Jetrea, Novartis) que consigue separar el Humor Vítreo de la mácula de forma química. De todas maneras este tratamiento presenta algunos inconvenientes: es menos eficaz que la cirugía y tiene un elevado coste económico.
Durante el postoperatorio el paciente debe mantener la posición de la cabeza hacia abajo durante 4-8 días, de manera que el gas contactará con el agujero macular, ayudando de esta manera a que cierre. Mientras esté el gas presente en el ojo, está prohibido subir a un avión, ya que éste se expande y podría subir su presión.
Finalmente, al final del postoperatorio se realiza otro OCT de control para confirmar el cierre del agujero macular. A partir del mes, el paciente puede realizar de nuevo su vida normal.
Una revisión o control oftalmológico anual es muy importante para detectar precozmente cualquier lesión en la retina o fondo de ojo que de otra forma pueda pasar desapercibida.
Principalmente aquellas personas con las características mencionadas pueden tener más probabilidad de padecer alguna patología de tipo retiniana, como el agujero macular.