El cerclaje ocular es una intervención quirúrgica que busca corregir los efectos del desprendimiento de retina, una anomalía visual que puede ser causada por desgarros, traumatismos, una miopía muy elevada o simplemente por el envejecimiento corporal.
Un cierre esclerótico (anillo escleral) es un pedazo de esponja de silicona, caucho o plástico semi duro que su oftalmólogo coloca en la capa exterior del ojo (la esclerótica, o la parte blanca del ojo). El material se cose al ojo para mantenerlo en su lugar. El elemento de cerclaje suele dejarse colocado de forma permanente.
Un desprendimiento de retina se trata de una separación de la retina neurosensorial (capa interna de la retina) del epitelio pigmentario (capa externa de la retina) causado por la acumulación de líquido entre ambas.
Si no se trata, el desprendimiento de retina acaba provocando pérdida funcional total del ojo (ceguera) por lo que requiere una intervención inmediata.
En cualquier caso, la cirugía de cerclaje ocular debe seguir una serie de pasos para lograr que la retina se adhiera nuevamente en su posición habitual:
1) Colocación del anillo escleral. El cirujano coloca este artefacto, que en realidad es un pedazo de esponja de silicona, en la capa exterior del ojo. Dicho material se adhiere allí y se deja de forma permanente.
2) Presión sobre la esclerótica. A continuación, el anillo escleral que hemos puesto en la fase inmediatamente anterior realiza una presión continua sobre la esclerótica, que, recordemos, es la parte más externa del ojo. Esta presión hará que el desgarro de la retina se asiente y que ésta se adhiera a la pared del ojo. Si es un solo desgarro, el cierre se realizará solo en la zona del desprendimiento; si son varios desgarros, rodeará todo el globo ocular.
3) Drenaje y cierre de suturas. Para finalizar, el cirujano realiza un corte en la esclerótica para permitir el drenaje del líquido que se ha acumulado debajo de la retina durante el desprendimiento. Inmediatamente después procede a atar las suturas, de las cuales queda poca evidencia en el postoperatorio.
Las ventajas que ofrece el cerclaje ocular son:
Tal vez tenga algo de dolor y vea borroso por algunos días después de la operación. Podría tener el ojo hinchado, enrojecido o sensible por algunas semanas. Su doctor podría aplicarle gotas en el ojo para prevenir una infección y evitar que la pupila se abra (dilate) o se cierre (contraiga). Podría tener que usar un parche sobre el ojo por un día o más tiempo.